La actriz Esther Williams, estrella de la MGM y nadadora profesional, habría participado en las Olimpiadas de Helsinki de 1940 de no haber sido suspendidas tras el estallido de la II Guerra Mundial, lo que la llevó a buscar suerte en la industria cinematográfica donde su trabajo como modelo llamó la atención de un ejecutivo de la MGM.
El subgénero de los aquamusicals, donde ella realizaba hermosos números de ballet sumergido, se creó a su medida.